Retomamos el blog con una película, muy, muy ligerita. Para esos días en los que sólo quieres despejar la mente y desconectar, relax total.
Y esto es un poco lo que transmite Amigas con solera (que no sé a quién se le habrá ocurrido que en castellano este título iba a sonar mucho mejor).
Digamos que en cuanto a la base no es nada original: seis amigas se reúnen en un viaje de fin de semana para celebrar el cincuenta cumpleaños de una de ellas. ¿Dónde van? A una zona de viñedos a ponerse pedo, tacháaaan.
La reunión como es de suponer, crea un montón de situaciones graciosas, dramáticas y conversaciones profundas. Y yo os digo siempre que a mí escoger una base ya muchas veces vista no me importa mientras me haga reir, me enternezca, me sienta identificada, en definitiva, que me aporte algo.
Y en esta ocasión me deja muuuuy a medio gas. Tiene escenas buenas, pero es como escoger momentos aislados, no sé si me explico. Una ambientación espectacular, con esa zona de viñedos bucólica de Nappa, y una buena banda sonora. Pero la idea de representar cómo te sientes en los cincuenta no creo que se consiga. Esas cosas del día a día de cuando ya no somos unos niños, quizás como ya digo en alguna conversación pero ya está.
Además, veo demasiados clichés de cómo debe de ser un grupo de señoras de esa edad, y de sus limitados temas, como hartas de todo, y sólo querer estar pedo para no pensar en su realidad. En plan: dame vino y no me expliques qué tipo de uva es esta. Las actrices la verdad es que no lo hacen mal, tiene química y resultan graciosas en conjunto.
En definitiva, muy cogidita con pinzas y para algún momento en el que os aburráis muuuuucho y os apetezca ver viñedos y escuchar a las Bangles.