miércoles, 15 de abril de 2020

Malasaña 32

En esto del cine español yo siempre he estado muy condicionada, lo admito. Quizás estaba algo traumada porque de jovencita lo único que me parecía que veía era Amodóvares y Guerras Civiles por doquier, no sé si me entendéis.

Pero en los últimos años eso ha ido cambiando en mí, estoy viendo como el cine español ha mejorado mucho (no porque la calidad fuera mala), sino en cuanto a géneros, variedad de actores...

Creo que esta película es buen ejemplo de ello. Digamos que es una película de casas malditas al uso, pero bien hecha. Coge un poco de aquí y de allí, la historia real de una familia que vivía en ese edificio y empezó a escuchar voces y ver cosas raras, y mezcla esa parte sobrenatural con el drama de las vidas de todos los personajes.

Con todo eso, la película comienza con una modesta familia trasladándose al centro de Madrid, en busca de un futuro mejor que en el pueblo y de olvidar el pasado, pero... lo que allí ocurre les hará no haber deseado nunca mudarse allí.


Reconozco que el primer tramo se me hizo caótico porque mezcla la historia de varias personas, supongo que porque nos hagamos una idea de lo que pasaba, pero creo que es demasiada información en poco tiempo. Pero la historia va in crescendo, creando un ambiente de tensión cada vez mayor, hasta llegar a una escena que realmente provoca terror. Una mención especial para Concha Velasco, que no me la esperaba en una película así, y me ha encantado verla.

Ponéosla en días como el de hoy, lluvioso, y tendrés una sesión de cine perfecta.


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