Hoy una de esas películas que descubres por casualidad, que te preguntas cómo ni te sonaba por ser bastante reciente y por contar con actores muy conocidos.
Y resulta que a un cotizado guionista de películas de ciencia ficción como es Alex Kurtzman (Transformers, Star Trek, o la serie de Fringe), decide estrenarse como director con un género totalmente distinto, un drama familiar.
Los protagonistas: Chris Pine, Elisabeth Banks y Michelle Pfeiffer (a la que apetecía ver un poquito en el cine que la tienen abandonada).
La historia: Sam (Chris Pine), una especie de comercial "echao p'alante", hace su vida con su novia, y sin tener contacto con sus padres. Pero un buen día, su padre muere, y no le queda otra que volver a casa, es hijo único, y pese a la mala relación que tenía con su progenitor, se siente obligado.
El meollo del asunto llega, cuando el abogado de la familia, en vez de darle el alegrón de recibir dinero, le dice que le ha dejado un montón de discos y un paquete. Y... oh! Ese paquete contiene 150.000 dólares, pero... no son para él, en una nota su padre le dice que se lo entregue a una persona. Ahí llega el dilema moral, Sam tiene muchas deudas, teme perder su trabajo, ¿y ahora tiene que entregarle a otra persona ese dinero? ¿A alguien que no sabe ni quién es? Y os lo diré, porque en el trailer lo cuentan, así que la hoja de reclamaciones a otros, jejeje. Esa persona a quien debía entregarle el dinero es su hermanastra y su hijo, alguien secreto al que su padre de alguna manera debía compensar.
La película es normalita, pero me gusta que cree situaciones donde se retrate lo que somos, humanos, con defectos, con elecciones donde no siempre lo hacemos bien, pero con esperanza de poder hacerlo. Quizás, el como se va desenvolviendo la madehja y las situaciones es bastante previsible, pero lo suficientemente interesante para poder verla sin problema, os la recomiendo.
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