jueves, 24 de agosto de 2017

El rey Arturo: La leyenda de Excalibur

Este tipo de películas va una a verlas con recelo, miedito, canguelo, poned el sinónimo que queráis. Porque es una historia taaaaan conocida, tan leída, tan vista, tan imaginada, que el hecho que una de dos: o hagan algo que ya has visto y que por lo tanto aburra, o hagan algo muy distinto y lo destrocen, hace que te pienses el ir a verla.

Pero como una también, hace caso a las recomendaciones (depende de quien vengan, claro), pues me lancé al vacío.

De partida no os esperéis la historia de siempre: Los padres de Arturo mueren a manos de su malvado, y él siendo sólo un tierno niño, acaba criándose nada más y nada menos que en un burdel de Londinium. Pero la leyenda de Excalibur sigue viva, y su tío (Jude Law), necesita matarlo para poder obtener su poder.

¿Qué diferencia hay? Pues la historia muy en base es la misma, pero todo lo demás cambia: como crece Arturo, es un macarrilla callejero, la estética de ese tipo de películas, la música. ¿Y quién es el artífice de todo eso? Guy ritchie, ese director que ha pasado más bien sin pena ni gloria (para mi gusto), y al que realmente su forma de hacer las cosas me ha provocado rechazo.


No os revelo más, porque sería desvelaros todo aquello que es distinto, sólo deciros que pese a las malas críticas recibidas, precisamente por el estilo moderno y macarrilla de ritchie, son las que a mí hacen que me guste más. Una película oscura, donde ciertas escenas que se harían largas como las de revelarnos qué fue durante años del pequeño Arturo, las resuelve de una manera sorprendete y te deja claro cómo fue todo, y como es su forma de ser en unos segundos. Ciertas escenas donde la cámara acompaña al actor, que te hacen sentir como si estuvieras huyendo con ellos, una música que mezcla la tradición celta con el toque actual... y el uso del humor en determinados momento le da el toquecito justo.

Qué digo yo, ¿qué tiene de malo que un director impregne de su estilo sus películas? ¿No es lo que debería hacer? Como hacen los compositores. Es un director muy estético, más que de fondo, y la elección de los protagonistas es muy correcta. Charlie Hunnam justito, pero para este papel no le hacía falta ser demasiado expresivo (quizás demasiado ciclado para la época), Jude Law me encanta haciendo de malo maloso, qué queréis que os diga, lo adoro. 

Os ha quedado claro que la recomiendo ¿no? ¡¡Conseguiré una legión de fans del rey Arturo!!






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