Peter Parker (Tom Holland) comienza a experimentar su recién descubierta
identidad como el superhéroe Spider-Man. Después de la experiencia
vivida con los Vengadores, Peter regresa a casa, donde vive con su tía
(Marisa Tomei). Bajo la atenta mirada de su mentor Tony Stark (Robert
Downey Jr.), Peter intenta mantener una vida normal como cualquier joven
de su edad y ejerciendo de Spiderman en sus ratos libres. Pero interrumpe en su rutina diaria el nuevo villano
Vulture (Michael Keaton) y, con él, lo más importante de la vida de
Peter comenzará a verse amenazado.
Reconozco que desde ya, debo decir que me gustó. Me pareció una genial idea darle otro enfoque. Sí, Peter sigue siendo un pringadillo pero... otro tipo de pringadillo. Spiderman tiene quince años con lo cual toda la historia cambia. No nos muestran lo típico, la picadura, la muerte del tío Ben... Peter ya vive con su tía (Marisa Tomei) y sí, hay una chica en su vida, pero no es la tradicional pelirroja encantadora.
La historia cuanta la evolución del superhéroe de caótico héroe irresponsable a alguien digno de ser un Vengador. Pero no será un camino fácil. A nivel personal será llevado al límite pues la aventura que le toca vivir tocará cada aspecto de su vida. Y a nivel de Spiderman tendrá que demostrar que es digno de llevar el traje. Un traje que por cierto está diseñado por Tony Stark con lo que cuenta con numerosas sorpresas que deberá aprender.
A nivel visual está a la altura de las demás. Quizá demasiadas escenas a oscuras y mucho movimiento hace que no puedas disfrutarlas bien. Tom Holland es un Spiderman muy creíble y que decir de su antítesis, Michael Keaton. Bárbaro. Este actor creo que no ha sido valorado en su justa medida.
Si te gustan los superhéroes y eres fan de la franquicia de Los Vengadores, tienes que verla, si te pasa como me pasaba a mi y estás saturado... deja pasar el tiempo para poder verla con ojos más... contemplativos
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