Hace tiempo quería haber hecho este post en homenaje al gran Jerry Lewis, pero por un motivo u otro me fue imposible. Pero no quería dejar pasar más tiempo. Este actor, que tantas risas me ha sacado de pequeño, a pesar de la distancia generacional, bien valía un post, un pequeño y humilde post a modo de homenaje. Descanse en paz.
Barbara (Jill St. John), la hija de Phoebe Tuttle (Agnes Moorehead), una
millonaria poseedora de una importante cadena de grandes almacenes, se
ha enamorado de un personaje honrado pero un tanto alelado llamado
Norman Phiffier (Jerry Lewis). Para que su hija compruebe su
incompetencia, su adinerada progenitora empleará a Norman en uno de sus
establecimientos otorgándole los trabajos más difíciles y variados. Así
pasará por la sección de deportes, zapatería, alimentación, mobiliario demostrando que quizá, la dueña tenga razón y Norman sea un auténtico desastre.
Es difícil calificar esta película desde la perspectiva presente. Es evidente que es machista hasta las cejas, pero estábamos en los sesenta. Norman no quiere casarse hasta que él sea el que lleve dinero a casa. Pero quitando los problemas de perspectiva, estamos ante una de las obras maestras de Jerry Lewis que junto a Ceniciento y el Doctor Chiflado hacen una trilogía de películas que resulta muy conveniente ver. ¿Por qué? Bueno, ahora mismo es impensable comedia sin gags sexuales por ejemplo o sin hacer referencia a problemas o situaciones contemporáneas. El humor de esta película se basa integramente en el poder interpretativo de Jerry puesto en las más disparatadas situaciones, como pintar el mástil de la bandera o ponerlo como único dependiente en día de rebajas (Escena épica).
A estas alturas no voy a descubir esta cinta evidentemente pero si aconsejar encarecidamente su visionado para un humor "limpio" de las comedias más clásicas.
Las interpretaciones son muy buenas, desde el Director de los grandes almacenes hasta el propio padre "marioneta de ella". Con él, Norman tiene una de las escenas más alocada de la película cuando juegan a una máquina de golf.
Y poco más se puede decir. Recordar de nuevo la época en la que se rodó y perdonar ese punto de machismo de la sociedad de los sesenta.
Os dejo una escena mítica (otra más) de esta maravillosa película:
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