Y para esta tarde (porque sí, de noche no me he atrevido), una de terror. Un nuevo caso para el matrimonio Warren. Como sabréis por la película predecesora y si no ya os lo cuento yo, los Warren son una pareja que existe realmente. Ella es medium, y junto a él se dedican a investigar casos que les proporciona la iglesia; casos en los que los espíritus intervengan en las vidas de las personas haciéndoselas pasar canutas.
En la película dirigida por James Wan, que se ha especializado en el cine de terror, se toman algunas licencias con respecto al caso Enfield, pero recrea bastante bien lo que ocurrió en los años 70 cuando unas niñas en Londres sufren un caso de poltergeist que no llegó a resolverse.
Parece ser que todo comienza con una ouija que hace Janet, la pequeña de la casa junto con su hermana, y eso abre una puerta a que algo las acose, golpes, ruidos, caídas de la cama... y todo va a más. Por todo ello, y porque la iglesia no quería involucrarse en algo que pudiese ser un fraude, envían a los Warren como observadores. No os cuento más.
A mí me parece muy bien construida y recreada, los escenarios, la época... la historia la verdad es que engancha, y no proporciona únicamente sustos, de los que hay unos cuantos, sino también tensión, suspense, que es en cierta medida lo que a mí me deja más pegada al sillón y que llame a mi mamá mientras abrazo el cojín.
¿Qué pegas le pondría? Me parece un poco larga, dos horas y cuarto se me hace demasiado, y que quizás que no me acaba de gustar la mezcla que hacen entre el caso Enfield y una especie de demonio relacionado con los Warren, me saca de la historia, a mí me gusta más el sistema investiguemos este caso, sin más, pero es cuestión de gustos. La primera era más de mi estilo, y sí consiguió unos cuantos infartos de miocardio en mi persona. Esta segunda, si os gusta el género, os entretendrá.