No sé cómo abordar la crítica de esta película, en serio os lo digo. Supongo que todos conoceréis a su antecesora: Independence Day (a secas), aquella americanada con Will Smith, chorreando barras y estrellas por doquier, sí, aquella americanada que nos gustaba a muchos.
Pues como definir a esta... es como, como... un intento de repetición pero más espectacular; no se me ocurre otra definición. Nos encontramos 20 años después de los hechos ocurridos en el 4 de julio de 1996, y tras la derrota de aquellos extraterrestres la Tierra se ha dedicado a utilizar su tecnología para avanzar armamentísticamente y prepararse ante un nuevo ataque.
El enganche con la anterior historia es ver aparecer a casi todos los personajes de la primera excepto a Will Smith, cosa que ya para muchos pues le quita puntos. Claro está, los aliens aparecen de nuevo, cabreados como monas y sin estar dispuestos a no aprovecharse del núcelo de nuestro planeta (qué manía con dejarnos secos, oye). Para las nuevas generaciones nos presentan a una serie de pilotos de los nuevos cazas hípermegaultramodernos, con Liam Hemsworth como el rebelde chuleta, y al hijo de Will Smith honrando la memoria de su padre.
No puedo negar que los efectos especiales son geniales, las escenas espectaculares, pero toda la historia me parece un despropósito al que ya hemos acuñado como... "Algo no creíble dentro de lo increíble", quizás lo único que salva un poco la película además del entretenimiento básico, son los toques de humor que al igual que en la primera aquí no faltan; la pareja formada por el africano con machetes y el contable da para muchos gags, y Jeff Goldblum al que los papeles de científico/ humorista parece que le quedan muy bien. Yo os la recomiendo para un día que estéis muuuuy aburridos y no os importe quedaros dormidos durante el visionado, jé.
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