La última de esta trilogía comenzada con muy buen acierto. Quizás para muchos una película prescindible, que no era necesaria, para alargar el éxito de las anteriores intentando hacer una secuela que no pareciera igual que las anteriores. En mi humilde opinión es para ser del género que es, es bastante pasable.
En esta entrega, Bryan Mills/Liam Neesom (al que al pobre le pasa todo lo malo), está destrozado tras encontrar muerta a su ex mujer. Pero claro, como la cosa no va de dramones, algo malo le tiene que pasar; ¿el qué? Le endiñan la culpabilidad del asesinato, y ese es el detonante para mezclar acción, con algo de intriga. Persecuciones, lucha, a la vez que él intenta averiguar quién ha sido el verdadero asesino.
Lo reconozco, me encanta esa moda desde hace unos años de poner como héroes de acción a señores maduros. Y Liam es un gran ejemplo, se ha convertido en todo un representante de películas de acción, y lo hace muy bien.Tenemos el ejemplo en Non Stop, Caminado entre tumbas, Venganza... Este hombre vale para un roto y para un descosío. Porque se le da bien el drama, el romance, la acción... Además, si al elenco le añadimos a Forest Whitaker, mucho mejor.
Se habla de violencia gratuíta, ¿por qué?, si te persigue la policía, la mafia rusa quiere eliminarte a ti y a tu familia, y además tú eres un ex agente especial, pues digo yo... que tortas tiene que haber. Que no, que a mí a los que aluden a la credibilidad, a la profundidad del guión etc. yo les digo ¿Qué queréis en una película de este tipo? Tenemos todos los clásicos del género, un hombre duro pero sensible, honesto, luchador, que defiende su honor y protege a su familia, con buenas peleas, buenas persecuciones, frasazas memorables...
Así que, si os gusta este rollito, os la recomiendo totalmente, no la dejéis pasar.
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