El llamado género de terror ya no es lo que era, reconozcámoslo.Ahora las grandes masas que consumen cine, y digámoslo con todas las letras también, las nuevas generaciones, buscan un terror fácil, mascadito, de susto previsible.
Si eso es lo que buscáis, no es vuestra película. Claro que tiene sobresaltos, pero adecuados al momento. Aquí se juega con lo que de verdad genera malestar, estar continuamente tenso, esperando qué ocurrirá en el siguiente minuto y sobre todo: el por qué.
Casi parece una de esas películas al estilo Hitchcok, como una obra de teatro, centrada básicamente en dos personajes, en la que te dan un contexto, y su historia antes de que todo empiece, no es una sarta de sustos sin más.
Pero vayamos al meollo: En una pequeña funeraria familiar trabajan a destajo un padre y su hijo, y ayudan a la policía local si alguna muerte no está del todo clara. A su pequeño negocio el sheriff les trae el cuerpo encontrado en una casa donde hubo una masacre, un cuerpo de una joven chica que nadie sabe quién es ni como murió. Ellos intentarán descubrir los por qué, y eso les sumergirá en una historia que ellos no pueden esperar ni mucho menos creer en el siglo XXI.
Si queréis terror del de verdad, buena ambientación, fotografía, buenos actores, un terror del de tensión, con esas dudas que te hacen pensar qué podrá ocurrir, y algún sobresalto en el momento adecuado, aquí la tenéis.
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