domingo, 20 de septiembre de 2020

Desde París con amor

 Juntar a dos de los actores que tiene la mirada más psicópata de Hollywood, solo podía prometer una cosa, acción y acción de la buena. Disparos, puñetazos y persecuciones hasta que parece que no hay más "malos" pero... siempre hay otro más a quien disparar.

A Charlie Wax (John Travolta), un singular agente secreto estadounidense, le ha sido encomendada en París una misión de alto riesgo relacionada con el terrorismo y el tráfico de cocaína. El conflicto surge cuando tiene que vérselas con James Reece (Rhys Meyers), un empleado de la embajada norteamericana que se muestra contrario a los poco ortodoxos métodos de Wax.

Como ya he dicho, al ver quienes son los protagonistas uno puede intuir que va a ver. Y lo ve. las escenas de acción están milimétricamente coreografiadas poniendo ciertos fragmentos muy bien escogidos a cámara lenta. Si bien, al principio puede que no empaticemos mucho con el personaje de Travolta, nos vamos dando cuenta que dentro de su "locura" hay más raciocinio de lo que parece. Su personaje no tiene ningún arco de evolución, el de Rhys sí, ya que empieza como alguien que quiere ir ascendiendo, siendo leal a sus ideas y con una vida personal bien estructurada y termina dándose cuenta que no todo es lo que parece haciendo temblar todo en lo que creía.

No hay un mensaje profundo, no hay un aprendizaje, quizá solo que juzgar a alguien que para tus ojos está loco, sea un poco precipitado. A parte de eso, acción. Es ideal para una sesión en la que no quieras pensar mucho, solo que te entretenga lo que ves y a la vez, de vez en cuando, te haga abrir los ojos de par en par.

Tampoco te la tomes muy en serio, ya se encargan con ciertos chascarrillos de recordarte que es una película de entretenimiento, no una película que busque los Oscars .




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