Tom Hanks, el mismo que salvó a Ryan, que descifró el Código Da Vinci, que nos invitó a su Despedida de Soltero e incluso a su casa, aunque fuera una ruina... esta vez se va a Arabia Saudí...
A causa de la recesión, Alan Clay (Tom Hanks) un empresario
estadounidense, es enviado a Arabia Saudí, donde la economía se
encuentra en pleno auge. Su objetivo es evitar la ruina de su empresa vendiéndole un proyecto de comunicaciones al mismísimo Rey. Allí luchará en varios frentes, el propio negocio, su nostalgia de la familia y su corazón roto.
La película, adaptación de la novela de mismo nombre, al principio, da para mucho, sobretodo por la feroz y a la vez disimulada crítica hacia la sociedad Saudí. Nos muestran el despilfarro en caprichos del propio Rey, intentando poner jardines, levantar ciudades, etc, en pleno desierto. A Alan eso le da igual, está ahí para cerrar el contrato con el Rey, pero para eso tendrá que conseguir verlo, cosa nada fácil.
Se nota que la película es europea, alemana para ser más exactos. Tiene ese "algo" reconocible de las películas europeas. Para mi gusto, que son demasiado lentas y escenas que no aportan.
¿Y en cuanto a historia? Pues tienen la habilidad de estirar como un chicle la premisa metiendo subtramas y algún que otro chascarrillo de humor, campo en donde Tom se mueve estupendamente. Desgraciadamente, no logra mantener la atención del espectador. Eso sí, para devolverte a la pantalla, de vez en cuando te premian con unos paisajes preciosos.
Toda la carga cae en Tom y se nota. Y no es que diga que es un error, pero se echa de menos repartir las responsabilidades. No es una mala película, pero se pierde entre momentos en los que no pasa nada y pequeños avances en una historia que se puede contar en diez minutos.
2015: Premios del cine Alemán: Nominada a película, montaje y diseño de sonido
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