miércoles, 29 de marzo de 2017

Passengers

Bueno, pues vuelvo a la ciencia ficción. Un género que desde siempre me ha gustado por su imprevisibilidad dado que no tiene por qué estar sujeta a lo que conocemos. En los últimos años no han habido muchas películas que me engancharan y si varias que me hacía daño a los ojos (After Earth, por ejemplo).

Una nave espacial, que ha iniciado un viaje de ciento veinte años para viajar a un planeta parecido a La Tierra, transporta miles de personas en estado de hibernación para fundar allí la primera colonia humana. Durante el trayecto tiene una avería en una de las cápsulas de hibernación tras el impacto con un gran meteorito. Como resultado, Jim, un mecánico, se despierta noventa años antes del final del viaje.

Los elementos con los que juega la película son claros. Primero, jugamos a un Robinson Crusoe moderno. A diferencia del clásico, este no tendrá que  buscarse un coco o un balón para poder tener a alguien con quien hablar. En el bar de la gigantesca nave está Arthur, un camarero de aspecto humano que servirá como catalizador para toda la historia, poniendo voz a al conciencia de los protagonistas.

Tras el momento Robinson, la película nos lleva a un planteamiento moral del que no voy hablar para no hacer spoiler. Pero es aquí donde la película toca techo. Aquí es donde nos empezamos hacer preguntas sobre la naturaleza humana, sus necesidades, su fragilidad y en cómo reaccionaríamos nosotros en esa situación.

A partir de aquí, la historia se convierte en "otra cosa". Pasamos de la ciencia ficción a la más rosa de las comedias románticas que nos llevará de la mano hasta el final.

La película empieza bien, con gancho, con muchas preguntas, pero poco a poco va bajando y va perdiendo su esencia hasta un último tercio bastante... olvidable.

En  cuanto a las interpretaciones, pues Chris hace de Chris Pratt y Jennifer Lawrence nos deleita con otra remesa de gestos faciales llegando incluso a tener dos registros (enfadada y alegre). El único con una interpretación más que correcta y digna es Michael Sheen, Arthur el robot.

No es mala, pero quizá son esas historias en donde el planteamiento es lo más interesante, el desarrollo lo más tedioso y el final...

PREMIOS

2016: Premios Oscar: Nominada a mejor banda sonora y diseño de producción

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