El cine español es... digamos, peculiar. Para mi, que lo defiendo a capa y espada, tiene grandes películas ya sean cargadas de drama, comedia e incluso acción.
Carmen, una mujer que tras perder a su hija en un accidente, recibe una
carta que le anuncia que se le ha concedido a su hija la adopción de la
niña vietnamita que solicitó. Acompañada de sus dos mejores amigas,
Elvira y Rosa, que nunca han salido de España, viajarán hasta Vietnam
para encontrarse con la niña y con situaciones complicadas, exóticas y
rocambolescas, que sacarán a la luz los aspectos más peculiares de sus
distintas personalidades. Andrés, un actor español que ha ido hasta
Hanoi para vivir con su pareja, y un guía turístico nativo, formarán
parte también de la aventura.
Como podéis leer, personajes para crear una buena trama, hay. Si bien, ninguno llega a ser un estereotipo completo, si se acercan lo suficiente como para que podamos entenderlos sin ningún problema. Y ahí empieza el mismo.
Para poder valorar la película, lo priemero es saber qué nos cuenta y en qué tono. Lo que nos cuenta está claro, el tono... no tanto. La historia se mueve muy rápido entre el drama más desgarrador a la comedia típica española. Y ahí es donde dejas de creer en la historia. Ver a Carmen Machi rota de dolor y en la escena siguiente haciendo de las suyas en un papel cómico deja a tu cerebro sin saber muy bien cómo reaccionar.
Las actuaciones no tienen ningún pero, aunque me duele mucho ver a Aitana Sánchez-Gijón haciendo un papel que ni ella mismo se cree.
Podría aconsejarla para pasar un rato de risas, pero el drama igual de amarga el día. O podría aconsejarla por la historia emotiva de la adopción de la niña, pero la comedia no te va a dejar disfrutarla.
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