martes, 29 de marzo de 2016

Golpe en la pequeña China


Cuando decidimos revisionar después de muuuuuuchos años esta mitificada película, daba un poco de pavor. Uf... Golpe en la pequeña China, ¡qué recuerdos!, qué momentazos, cuánto nos hacía reir... así que, ese dvd que con tanto mimo había comprado seguía estando sin abrir.

Pero el sábado fue el día, señoras y señores, y delante de un buen papeo, este fue el resultado: No ha perdido nada. Ya, ya sé, estamos ante una película de las consideradas cutres de los 80, pero... ¡esa es su magia!, escenarios de cartón piedra, luchas absurdas, una historia disparatada...

Al frente del proyecto el gran John Carpenter, que pese a ir cosechando desastres en taquilla uno tras otro, el hombre no desistió y siguió haciendo lo que mejor saber hacer, entretener, divertir o aterrorizar sin más.

Pero vayamos al meollo: Kurt Russell (muso de John Carpenter) es Jack Burton, un camionero pasado de vueltas, macarrilla y socarrón que sin comerlo ni beberlo se ve inmerso en una aventura. A un conocido chino con el que apuesta jugando a las cartas le secuestra la novia un abuelete chino que pretende acabar con su maldición y ser inmortal, matando a una mujer de ojos verdes (un fetiche como otro cualquiera, jajaja). El caso es que buscándola se encuentran con su megatrailer en mitad de una trifulca entre dos bandas chinas rivales, que se meten galletas (chinas) por doquier, y en las que te ríes a más no poder. Una de esas bandas, (las de la cinta roja porque aquí se diferencian por colores), es la que ayuda al ancianito fetichista... y ¿a que no sabéis quién está entre esos maestros en artes marciales? ¡El mítico Al Leong, el chino que muere en todas sus películas! Dudábamos en si salía o no, cuando de pronto apareció entre la niebla liderando a la banda de chinorris de cinta roja... qué momentazo.


Las calles recreadas de Chinatown fue el gasto supremo de presupuesto para John, junto con la base del acólito y sus esbirros chinorris con poderes sobrenaturales, veáse... el que lanza rayos (aunque más bien electrocuta) y más conocido como Thor chino, el que te golpea con sus ondas y maneja las espadas como nadie (conocido como pelo pantene), y el mejor de todos, el chino con el poder de... ¡cabrearse máximamente! así, tal cual, como lo léeis, se cabrea y cabrea y no me llevéis al límite porque exploto, literalmente.


Como iba contando, mientras buscan a la adorada novia de ojos verdes, se les une Kim Catrall, una periodista que aparece por allí y decide ayudarles. Acaban en las alcantarillas de Chinatown, donde el malo maloso tiene su cubil, y donde ayudados por los chinos de una de las facciones se ven envueltos en mil luchas a cual mejor. Todo salpicado con unos diálogos de lo más cachondos en los que Kurt va de sobrado, de "aquí yo soy el mejor", pero lo hace como requiere el papel, riéndose de sí mismo, sobrellevando como puede el vestuario que le ha tocado, y sobre todo intentando mostrar algo muy importante que dijo John Carpenter sobre ese personaje: y es que realmente Jack Burton no es el héroe, es el acompañante cómico del héroe que no sabe que no es el protagonista de la historia, es un perdedor que empieza como tal, y acaba como tal; realmente el héroe es su amigo chino que es el que sabe luchar, el que conoce todas las leyendas y magia oscura, y el que le pone agallas. Jack Burton no sabe luchar, ni manejar un arma, es torpón y sólo se vale de su chulería para salir airoso de las situaciones. Y eso es lo que le da la chispa a la historia, lo que nos hace reir y disfrutarla.


Y en esta fotaza tenéis una muestra de lo que os espera: una estética cutring, mezcla de tradición china y neones ochenteros, un malo maloso y sus esbirros que no tienen desperdicio y un Kurt Russell que creo que nunca volverá a vestirse de esa manera. Para mí, ya una película de culto, guardadita como un tesoro para ver cuando apetezca pasar un buen rato y reir sin parar. Y si no me creéis... sólo puedo deciros lo que siempre dice Jack Burton: " Pero qué paaaaaasa"




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