lunes, 31 de agosto de 2020

El mundo en sus manos

Nos vamos a mediados del siglo pasado para hablaros de una de las películas de aventuras que más recuerdo con cariño. Recuerdo haberla visto en casa, en esas películas que ponían en la 1 de Televisión Española los sábados por la tarde. Grandes recuerdos con toda la familia viendo esa Sesión de Tarde.

1850. Jonathan Clark, el capitán de la goleta La peregrina de Salem, traslada desde Alaska a San Francisco un cargamento de valiosas pieles de foca. En el hotel en el que se aloja conoce y se enamora de la condesa rusa Marina Selanova, que trata de huir para evitar un matrimonio concertado por el zar con el pérfido príncipe Semyon. 

Película en la que nos vamos a encontrar de todo. Condesas rusas, americanos libertinos, rencillas entre rusos y americanos, un esquimal y hasta una foca llamada Lola. 

La historia tiene dos partes diferenciadas, la primera, quizá un poco lenta nos cuenta cómo la Condesa rusa intenta escapar y por azares de la vida conoce al buen de Gregory Peck. Aquí también se nos presenta un personaje muy desperdiciado en toda la historia; "El portugués", encarnado por otro gran actor; Anthony Quinn. Desperdiciado porque creo que da para mucho más y podría haber encajado perfectamente en el papel de "amigo del prota". Que lo son... pero a su forma...

En la segunda parte ya es aventura a raudales, carreras de goletas, cazas de focas (Tremenda la explicación de por qué las cacerías de los rusos están mal pero la de los americanos están bien), peleas, raptos, huidas y como dirían en mi querida Princesa Prometida, besos. 

Si te gusta el cine clásico de aventuras, esta cinta te encantará, pues a pesar de ser de 1952 ha envejecido muy bien y aún puede hacerte pasar un rato entretenida. Eso sí, no esperes una historia muy elaborada.



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