Una de miedito para las noches de verano. Me gustan estos directores que se centran en un género e intentan darles vueltas de tuerca para poder ver el terror desde distintas perspectivas. Y Jaume Balagueró es uno de ellos. En este caso, digamos que con clichés a tutiplén pero salvable.
Nos encontramos en la isla de Wight, en el Reino Unido, en un hospital antiguo, que va a ser desalojado y en el que sólo quedan unos cuantos niños con problemas respiratorios por trasladar. Porque claro, de todos es sabido que en los países donde está siempre nublado y llueve da más yuyu... Imagináos eso mismo en Calasparra, ¿no tendría el mismo efecto en vuestras impresionables mentes, verdad? Pues allá que se fue Jaume.
Así que, en ese entrañable lugar nos encontramos, y a él acude Amy, una enfermera norteamericana (que no sabemos muy bien qué hace ahí) para suplir a otra enfermera en el turno de noche.
La ambientación me gusta, la música que nos calzan desde el primer momento también, me recuerda a los comienzos de las películas de Hitchcock con un piano que nos agobia y que nos proporciona tensión. Me gusta que pese a ser una historia quizás ya vista, engancha, me mantiene intrigada. La enfermera del turno de noche se va debido a sucesos extraños que ocurren, un niño en mitad de la noche grita de dolor y se le ha fracturado la pierna, y nadie sabe como ha sido... Y cuando Amy llega, una de las niñas le cuenta la historia de Charlotte, la niña "mecánica" que vive en la planta de arriba clausurada hace muchos años; niña que dice que anda algo... enfadada, digamos.
Hay tres cosas que no me acaban de gustar: primero, los actores escogidos no me llegan a transmitir mucho... Calista Flockhart no es santa de mi devoción, aunque tengo que reconocer que en esta película está más contenida en gestos, y me resulta más creíble. Segundo, el final. Yo para este tipo de películas siempre he preferido más la insinuación, el miedo a qué podrá ser, más que a la información directa. Es lo que me mantiene en vilo, encogida, con los músculos en tensión. En este caso la historia me gusta hasta los últimos 15-20 minutos, cuando todo se "resuelve" y veo cosas incoherentes dentro de lo sobrenatural, of course (si la habéis visto igual sabéis a qué me refiero), y por último, la pequeña subtrama de Amy como ser atormentado por haber cometido una negligencia en el pasado con un niño, y que la arrastra a tomar pastillas, ufff, no está nada trabajada, y no la ves para nada a ella en ese papel, no sé si es porque me parece que actúa mal o porque no está muy conseguida esa parte de la historia, pero no.
Pese a todo, es una película que se puede ver, y que, para los que os guste el género, os entretendrá.
- 2005: Goya: Mejores efectos especiales2005: Festival de Sitges: Sección oficial largometrajes a concurso
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