Sinceramente,
las películas que desprenden cierto aroma religioso me tiran para atrás
a la hora de verlas. Su punto de vista suele ser "mostrar cómo pasó" en
vez de contar "cómo podría haber pasado". Al leer la sinopsis de la
película me di cuenta que quizá está película querría contar la misma
historia desde diferente punto de vista. Así que me arriesgué.
Estamos en Jerusalén, un joven centurión romano recibe, por parte de Poncio
Pilato, Prefecto de Judea, la misión de investigar la misteriosa
desaparición del cuerpo de un predicador nazareno crucificado hace tres
días, y los crecientes rumores sobre su resurrección.
El
planteamiento es original y enseguida nos sumerge en la Judea romana de
la época. La ambientación es perfecta y pronto te das cuenta que no
estás viendo una película más de romanos.
La película empieza con el centurión Clavius (Joseph Fiennes)
intentando capturar a Barrabás para de una forma sutil terminando
frente a la figura muy humana de Jesucristo crucificada. Una escena
mucho más real y dura de lo que nos tienen acostumbrados en las
películas religiosas. Allí, frente a los crucificados gritando de dolor
decide poner fin a sus sufrimiento rompiéndoles las piernas. Cruel sí,
pero era una práctica común. A todos excepto a Jesucristo, el cual
parece ya muerto y al que atraviesan el tórax con una lanza certificando
su muerte. Es la primera vez que veo representado el rostro de una
persona muerta de forma tan real. La escena siguiente llevando a los
muertos a la fosa común, también es bastante real y dura. Todos excepto
Jesús, ya que el centurión permite que sus seguidores se lo lleven y le
den sepultura. Eso sí, para evitar que el cadáver sea robado, la tumba
será sellada y custodiada por soldados. Pero el nazareno desaparece... A
partir de aquí comienza un viaje de investigación para el centurión.
Clavius haciendo amigos |
La película se podría dividir en dos partes muy diferentes. La primera, la investigación de Clavius, buscando explicaciones, interrogando gente, buscando testigos... intentando ser objetivo. Esta parte me apreció muy interesante y te atrapa, pues el espectador también puede sacará sus conclusiones sobre lo que va descubriendo, incluso el espectador no creyente se meterá en la película.
La segunda parte es donde pierde gas. Una vez que es evidente la resurrección todo va cuesta abajo.
Evidentemente, la historia es la que es y pocas sorpresas se podían esperar, pero al contrario de lo que parecía, es una película que quiere mostrar "mostrar cómo pasó", en lugar de contar "cómo podría haber pasado".
Joseph Fiennes es una actor que me gusta, pero en este papel no está muy afortunado. Su cara es siempre impasible. No expresa nada y otra cosa no, pero la historia da bastantes giros como para que el personaje, al menos , se quede con la boca abierta.
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