lunes, 14 de enero de 2019

Sister Act: Una monja de cuidado

Vamos a darle un poco de caña al cine de los noventa, que aunque aquí la verdad es que somos adoradores de la década de los 80, en estos años también se dieron unas cuantas películas que acompañaron mi adolescencia.

Whoopi es una de mis actrices preferidas (y vosotros diréis, buah, si sólo tiene un registro, es malilla blabla), puede, pero para los que penséis eso sólo os diré: El color púrpura. No hay más alegatos, señoría. 

Lo que es innegable, es que esta mujer está hecha para la comedia. Sus expresiones, su físico, su manera de moverse... Y llegamos al tema que nos ocupa: Sister Act. Una película hecha para su lucimiento, pero... y qué? precisamente eso es lo que me encanta, aprovechar toda su gracia.

Una cabaretera de tres al cuarto que trabaja en salas de juegos (la escena intro cantando en uno de ellos es para no perdérsela), descubre que su amante mafiosillo, que es nada más y nada menos que Harvey Keitel, ha matado a alguien, y por tanto, él tiene que hacerla desaparecer. Y para utilizarla de testigo y protegerla mientras tanto, a la policía no se le ocurre otra cosa que meterla en un convento. 


Para mí las situaciones rocambolescas no pueden estar mejor buscadas, una mujer basta, que ha visto de todo, teniendo que comportarse como una monja, crea escenas divertidísimas. Además, tienen canciones muy buenas que le dan un plus, al ponerse ella a dirigir el coro monjil. Hay muy buenos secundarios como Maggie Smith, y el resto de monjas.Yo no le pido más que lo que ofrece, un rato entretenido y unas risas. En su momento fue uno de los mayores éxitos de Whoopi, tanto que hicieron enseguida una secuela para exprimir la naranjita. 


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