Damos otro salto en el tiempo para irnos a la frontera entre los años noventa y el comienzo del milenio. Y nos encontramos una película, que sin grandes aspiraciones, consiguió embaucarme y es que ver a esta panda junta fue una delicia. ¿Habrá aguantado el paso del tiempo?
Cuatro veteranos pilotos del ejército del aire de los EE.UU. ven
cumplidos sus deseos de convertirse en astronautas y viajar al espacio
aunque sea con cuarenta años de retraso. Su misión es reparar un gran
satélite de comunicaciones ruso, que se ha salido de su órbita, para
evitar que caiga sobre la Tierra. El satélite en cuestión había sido
diseñado por Frank Corvin, el capitán de la expedición. Tras un severo
y, a veces, hilarante entrenamiento, estos veteranos astronautas
tropezarán en el espacio con problemas más difíciles de lo que esperaban.
Tanto antes como ahora, lo que impulsa la historia me parece cogido con pinzas, pero saben como atenuar esa sensación, y es con la excusa del tiempo. Hace tanto que se diseñó, que solo el diseñador original sería capaz de hacerlo. Bueno, no está mal el juego de cintura del Director, que no es otro que el gran Clint Eastwood.
El reparto es más bien una lista para una fiesta privada del Clint. Eso sí, se echa de menos a Morgan Freeman, inseparable amigo de aventuras.
Clint Eastwood,
Tommy Lee Jones,
Donald Sutherland,
James Garner... Poco se puede reprochar a las interpretaciones, son fantásticas y muy creíbles y es que son una generación que en un futuro será recordada como grande.
Como ya imagino que todos la han visto, diré que el final, aunque no es del todo malo, sí me parece un tanto blandito, muy sentimental aunque con todo el sentido del mundo. Si yo supiera que voy a morir y pudiera hacerlo donde creí que nunca iría, seguramente todos elegiríamos lo mismo. Aún así me parece un empujón dramático innecesario.
La película en sí es una mezcla de apocalipsis planetaria y Cerdos Salvajes. La parte más cómica gira alrededor de cómo estos cuatro abueletes pasan las pruebas para la misión. En ese proceso, se va cruzando las sonrisas con el drama al conocer la enfermedad que padece el personaje interpretado por Tommy Lee Jones.
Pero no hay que olvidar que es una película de Clint Eastwood, y que como sello personal, es una película que no es más que un decorado bonito para un mensaje claro. Lo inverosímil de toda la cinta nos intenta lanzar un mensaje; la amistad. Ese es el tema principal de la película. No hay edad, ni barreras, ni sueños imposibles, ni decisiones complicadas, cuando el sentimiento de amistad, de verdadera amistad está ahí. Ese es el motor de la película.
Como he dicho al principio, no es una película con muchas pretensiones, pero yo la vería otra vez, y en esta época tan materialista, se la dejaría ver a los más jóvenes, igual aprenden qué es la amistad.
PREMIOS
2000: Nominada al Oscar: Mejores efectos de sonido
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