lunes, 18 de abril de 2016

El templo del oro

Bueno bueno bueno... ¿Qué tenemos aquí? Quizá la película menos conocida de Chuck Norris. Aventuras al más estilo Indiana Jones... con mucho menos presupuesto.

Max y Leo (Chuck Norris y Lou Gossett), son una especie de aventureros/busca tesoros metidos siempre en todo tipo de aventuras para encontrar ese tesoro que les retirará a una vida más tranquila. Tras su último fracaso, valoran la idea de retirarse, pero entonces aparece Patricia (Melody Anderson), una bella mujer que les incita a buscar un tesoro azteca del cual ella tiene el mapa.

No voy a engañar a nadie, ni siquiera a  mí mismo. El Templo del oro o Firewalker es una cinta de aventuras, algunos gags graciosos, peripecias de todo tipo y... poco más. Podría ser mejor si las actuaciones fueran mejores, pero es que tengo la sensación que la rodaron del tirón, es decir, sin repetir tomas. A lo que salga. La escena que el bueno de Chuck se pone triste en la jungla... bueno todos sabemos como son los registros de Chuck.

¿Entonces es mala? No, tampoco es eso, pero es la típica película de sábado por la tarde. Para ver como los protagonistas no paran de correr, como son anti-héroes a los que todo les sale mal y sorprendiéndote de como van saliendo de todas las situaciones posibles. Eso sí, no te preguntes el por qué de las cosas, tú mírala y ríete de Chuck Norris en una parodia de si mismo. Porque no hay que olvidar que Chuck reparte siempre, incluso en esta película.

Esta película está tan al límite de todo, que a muchos les parecerá una basura y a otros una peli para ver una y otra vez por ser "algo diferente". Yo me quedo en medio, me gusta, pero porque la veo como lo que creo que es, un producto hecho para ver sin pensar.


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