Y a mí que estos señores son de esos actores que siempre me han caído bien y/o me han parecido entrañables (exceptuando Michael Douglas que me resulta un tanto indiferente).
Aquí se han reunido cuatro señores de la escena, Morgan Freeman, que aunque en los últimos años ha hecho alguna caquita pero se lo perdono todo; Michael Douglas que no para; el gran Robert de Niro que sigue haciendo buenas pelis y no ha decaído como Al Pacino, y Kevin Kline que siempre me ha parecido un actorazo y me encanta que le sigan dando papeles.
Dicho esto, os cuento de qué va la historia. Cuatro amigos, de esos que lo han sido desde bien pequeños, se reúnen tras muchísimos años sin verse para hacer una despedida de soltero (sí, como lo estáis leyendo) a uno de ellos, Michael, que se casa con una jovencita. Sus vidas han ido por derroteros distintos, y sus situaciones actuales también lo son: Morgan Freeman vive agobiado por su hijo que controla su salud tras un infarto, Michael Douglas es ricachón y el que no quiere aceptar su edad; Robert de Niro deprimido porque la que ha sido el amor de su vida ha fallecido; y Kevin Kline desesperado por salir de la monotonía matrimonial que cree vivir.
Con la excusa de la despedida de soltero de su amigo deciden ir a pasar un gran fin de semana a Las Vegas; y como podréis deducir es un lugar de reencuentros, de plantearse cosas, de reflexión, rodeado de situaciones divertidas, dramáticas, tiernas, sin llegar a buscar la lagrimita fácil.
Los dos papeles más divertidos a mi parecer son los de Morgan y Kevin, y lo más seriotes los de Robert y Michael. Aunque os pueda parecer una historia previsible no tengáis miedo a verla, trata temas que creo que a todos nos llegan al corazoncito: La verdadera amistad pase lo que pase, la lealtad entre personas que se quieren, los miedos a la vejez, a la soledad, el amor, el verdadero amor no por miedos, sino por sentirte realmente a gusto con alguien... y entre ternura y ternura os váis a reir aunque sea un poquito.
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